Frecuentemente las organizaciones presentan diversos tipos de conflictos que pueden afectar el clima organizacional de la compañía, generando un ambiente de insatisfacción y la disminución de la productividad. La inteligencia emocional es un conjunto de habilidades que permiten un control y entendimiento del manejo de las emociones propias y las de los demás, y que permitiría la resolución de conflictos organizacionales de una forma eficiente y satisfactoria para los involucrados, manteniendo intacto el ambiente cordial en la organización.
La inteligencia emocional nace formalmente en el siglo XX y tiene sus raíces en la inteligencia social, propuesta por el Thornike (1920), que la definió como la habilidad para comprender y dirigir a las personas y actuar sabiamente en las relaciones humanas. La inteligencia emocional nos permite tomar conciencia de nuestras emociones, comprender los sentimientos de los demás, tolerar las presiones y las frustraciones, aptitudes que necesitamos en un entorno laboral.
Un mal manejo emocional en una situación de conflicto provoca acciones sin premeditar, una inclinación a reacciones violentas y afecta las relaciones personales a un nivel que va más allá del conflicto original. Según Law, los empleados que son más inteligentes acerca de sus emociones, serán más eficientes y efectivos en sus interacciones con el trabajo y con sus compañeros de oficina.
Beneficios de aplicar la inteligencia emocional en la resolución de conflictos