El Movimiento Moderno supuso toda una revolución en la manera de hacer arquitectura. Valores como la funcionalidad y el diseño cobraron un significado mucho más predominante.
Algunos paradigmas de este tipo de arquitectura son ampliamente conocidos, como «la forma sigue a la función» o el «less is more«.
Algunas de las obras arquitectónicas que se construyeron durante este periodo han quedado para siempre grabadas en la historia de la arquitectura.
Uno de los proyectos que mejor resume el ideario del Movimiento Moderno es la Casa Farnsworth, de Mies Van der Rohe, construida en 1951 en la ciudad de Plano (Illinois, Estados Unidos)
Es la simplicidad hecha arquitectura. Solo unos pocos planos horizontales y paredes de vidrio conforman esta vivienda.
Todo un emblema de la ciudad de Nueva York y uno de los edificios más originales de esta ciudad.
El Museo Guggenheim, diseñado por Frank Lloyd Wright es un edificio en forma de espiral invertida que alberga alguna de las colecciones de arte moderno más importantes de la actualidad.
Seguimos con otra obra del arquitecto Frank Lloyd Wright. En este caso la casa conocida como Fallingwater o Casa de la Cascada.
Este proyecto destaca por su integración con el contexto. Tanto en la composición de los volúmenes como en el uso de los materiales y el color.
Otro emblema de la arquitectura moderna es la Villa Savoye de Le Corbusier, tal vez el arquitecto por excelencia del Movimiento Moderno.
Esta casa reúne todos los principios que enunció el arquitecto francosuizo, planta libre, huecos horizontales, funcionalidad y sencillez en el diseño.
Siguiendo con la obra del maestre Le Corbusier, teníamos que incluir en esta lista la iglesia de Notre Dame du Haut.
Esta original iglesia parece más una escultura que un edificio en sí mismo.
Si hay un referente en el diseño del siglo XX, es la escuela alemana Bauhaus. Su edifico se convirtió en todo un icono de la arquitectura moderna.
Fue diseñado por el propio fundador de la escuela, Walter Gropius.
Siguiendo un estilo muy similar a la Casa Farnsworth, que abría esta lista, la Casa de Cristal diseñada por el arquitecto Philip Johnson, es otro de los grandes iconos de la arquitectura moderna.
La sencillez de su diseño es extrema, ya que es una sencilla caja de cristal con los justo y necesario para vivir. Toda una declaración minimalista.
La terminal de Trans World Airlines fue uno de los edificios más originales en su época. Es una obra del arquitecto de origen finlandés Eero Saarinen
Actualmente se encuentra en proceso de ser restaurada para ser convertida en un hotel.
Un rascacielos de los más representativos de la arquitectura moderna es el Seagram Building. Este edificio de diseño industrial compuesto casi exclusivamente por acero y vidrio es obra del arquitecto alemán Mies Van de Rohe y resume perfectamente su filosofía del Less is More.
Una obra que, si bien es bastante posterior al movimiento moderno, marcó un antes y un después en la arquitectura y en la forma que la sociedad la entiende.
El Guggenheim de Bilbao, un museo diseñador por el arquitecto Frank Gehry cuya forma pasó a ser todo un símbolo de la ciudad de Bilbao.