Es posible que en el emprendimiento de una Startup se tomen muy en cuenta aspectos creativos como el diseño del producto o servicio, el proceso de comunicación con el cliente o el universo grafico de la organización, pero no hay que dejar de lado cosas tan importante como el plano legal del emprendimiento.
¿Qué debo tener en cuenta para poner en marcha una Startup?
Tener una idea, un plan de empresa y de negocio, muchas ganas e ilusión y algo de financiación. Muchos emprendedores dirían que con esto ya se puede poner en marcha un proyecto, pero en ocasiones se deja de lado el aspecto jurídico-legal. Pero si se recurre a asesoramiento experto, se pueden evitar muchos problemas en el futuro y ayudar a que la empresa tenga un futuro prometedor.
La gran mayoría de Startups se constituyen como una Sociedad Anónima Cerrada. El problema es que algunas, quizás más motivadas por salir rápido al mercado, no se toman el tiempo de asesorarse y preparar un buen estatuto.
El estatuto de una empresa es como su esqueleto, contiene el régimen interno y las reglas que rigen su funcionamiento. Si los emprendedores pasan por alto su importancia podrían incurrir en gastos adicionales y tener complicaciones.
Por ejemplo, no tomarse el tiempo de delimitar debidamente el objeto social de la empresa que se quiere constituir, luego conllevaría a tener que realizar una modificación del estatuto, incurriendo en gastos notariales y registrales que podrían haberse destinado a otros aspectos del negocio.
Se presume que existe un contrato de trabajo a plazo indeterminado cuando se presenta una prestación personal de servicios que es remunerada y se ejecuta bajo la subordinación de una empresa.
Por lo tanto, contratar personas bajo una locación de servicios cuando en realidad son trabajadores podría tener consecuencias graves ante una fiscalización
Un emprendedor debe prestarle mucha atención al elemento de la subordinación. Si puede fiscalizar a las personas que contrata, dirigir sus actividades y además les proporciona herramientas de trabajo, entre ellas por ejemplo un correo electrónico, lo más probable es que estén frente a una relación de trabajo.
Un emprendedor debe ser consciente de las implicancias tributarias de los actos que la compañía y sus accionistas pueden realizar para no tener problemas ante entidad tributaria correspondiente
Una práctica común son los contratos de préstamo que un accionista celebra con su propia empresa, donde normalmente no se pactan intereses o estos son muy bajos. Si el accionista tiene más de 30% del capital social, se considerará como una transacción entre partes vinculadas, por lo que se deberán considerar los intereses que se ajusten al valor de mercado.
También se suelen celebrar muchos contratos de transferencia de acciones tomando en consideración el valor nominal de las mismas y no el de mercado, el cual será el más alto entre el valor de la transacción y el valor patrimonial. Esto generaría un mayor pago de impuesto para aquél que vende parte o el total de sus acciones.
Algunas veces los emprendedores por desconocimiento no cumplen con aquellas formalidades que tienen como objetivo proteger no solo a su compañía, sino también al consumidor final del servicio que esta ofrece.
Por ejemplo, no registrar oportunamente la marca de la Startup podría significar un gran riesgo en caso ya exista registrada una muy similar ante el servicio Nacional de Propiedad Intelectual (SENAPI)
Las sanciones administrativas pueden también perjudicar mucho a las empresas. No cumplir con el registro del banco de datos personales y no contar con un libro de reclamaciones, sea en físico o virtual, podría generar la imposición de determinadas multas, algo que definitivamente afecta la caja y el desarrollo de cualquier Startup.