Las habilidades blandas o “soft skills” son habilidades que no se consideran estrictamente necesarias para ejercer un puesto en específico, pero que aportan al desempeño. Son habilidads de supervivencia, como habilidades de comunicación, inteligencia emocional, cualidades de liderazgo, habilidades de equipo y otros conocimientos. Una materia puede ser considerada una soft skill en un área en particular, y puede ser reconocida como un hard skill en otra.
Las soft skills, son la pieza clave que diferencia a los candidatos adecuados de los candidatos ideales. Cada rol requiere cierta interacción con otros, ya sean colegas o clientes, por lo que dichas habilidades serán importantes para la mayoría de las organizaciones, independientemente del sector de actividad en el que operen.
Incluso cuando hablamos de reclutar talento junior, la evaluación de estas habilidades será un aspecto crítico a la hora de tomar la mejor decisión. Cada vez es más patente la necesidad de buscar “futuros líderes”, aquellos que, aunque a día de hoy, no cuenten con toda la experiencia y calificaciones, tienen las cualidades que le permitirán aprender y crecer en dicho papel. Aquellos perfiles que comúnmente llamamos “perfiles con un alto potencial”. En definitiva, aquellos que sabemos qué con un desarrollo y estimulación adecuados, traducirán ese potencial en performance, con los consiguientes beneficios que esto conlleva para cualquier organización.
Algunas de las soft skills más valoradas por reclutadores y compañías son: